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Mientras tanto en la comisaría
Yu Qi había sido escoltada por dos policías desde la escuela. Le dijeron que esperara en la sala de espera hasta que la llamaran. Después de 15 minutos esperando, una policía vino y la llevó ante la persona encargada del caso.
Se le había pedido que contara todo el incidente. También incluía la amenaza del gángster la madrugada de ayer. El policía que registró su testimonio le preguntó si sabía o no sobre el verdadero culpable.
Sin mentir, ella respondió que sí. En ese mismo momento, se escucharon algunos gritos desde la puerta principal de la comisaría.
—Por favor, Señor, mi marido no hizo esto. Ese secuestrador debe haberles mentido —rogaba la Señora Wang a los policías que detuvieron al Señor Wang.
Los policías ignoraron a la Señora Wang y llevaron al Señor Wang ante la persona encargada. Los dos se sorprendieron al ver a Yu Qi allí. Yu Qi no cambió de expresión en absoluto. Miró directamente a ambos.
La primera que perdió la calma fue la Señora Wang. Gritó a Yu Qi:
—Tú, perra. Debes haber sido tú quien incriminó a mi marido. ¿Por qué no nos dejas en paz? —La Señora Wang quiso agarrar el pelo de Yu Qi pero fue detenida por una policía.
—Señora, compórtese. Esta es la comisaría —dijo el policía encargado del caso en tono severo.
La Señora Wang se asustó por esa persona. Se calló pero todavía lanzó algunas miradas de odio a Yu Qi.
Yu Qi la miró como si no fuera nada. No quería perder su tiempo hablando con esa mujer.
—Señor, ¿ya terminamos? Quiero irme si ya se acabó lo mío —Yu Qi estaba pidiendo irse. Ya había dicho todo lo que sabía.
Los policías admiraron su valentía y no querían complicarle más las cosas.
—Sí, ya puedes irte. Me encargaré de este caso de forma adecuada. Si Nan, Ah Jeng, escolten a la Señorita Yu Qi de regreso a la escuela —llamó a sus subordinados y les dio la orden.
—Gracias, Señor —Yu Qi hizo una reverencia al policía.
—¡Espera, ¿por qué se va ella? Ella es la que incriminó a mi marido. Perra, no te atrevas a ir a ningún sitio! —Una vez más, la Señora Wang quiso agarrarle el pelo.
Los otros policías no tuvieron tiempo de detenerla. La Señora Wang sonreía interiormente. Haría que esta perra sufriera. Sin embargo, su sueño se hizo añicos cuando sintió un dolor agudo en el estómago. Entonces se dio cuenta de que esa perra le estaba pateando.
—¿Me pateas? ¿Cómo te atreves? —gritó la Señora Wang. Le dolía mucho.
Yu Qi miraba con desprecio a la Señora Wang. Entrecerró los ojos. Inconscientemente liberó su aura asesina:
—Entonces déjame preguntarte algo. ¿Cómo te atreves a pedirle a alguien que secuestre y lastime a mi jefe? ¿Cómo te atreves a querer mi dinero? ¿Cómo te atreves a querer venderme como prostituta?
Todas las personas en la comisaría escucharon su voz. Sabían de sus circunstancias con la Familia Wang. Pero nunca supieron que la Familia Wang tenía un plan malvado para la chica.
—¿Una y otra vez urdes un plan tan malvado en contra mía? ¿Utilizas a personas inocentes para conspirar en mi contra? ¿Crees que soy una santa? —Yu Qi salió precipitadamente de la comisaría. Temía que cuanto más permaneciera allí, más ganas tendría de matar a esa mujer.
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