Long Chua escuchó que la policía ya había ido a Long Cui Lang diciéndole que sería arrestado en cuanto saliera del hospital. Long Cui Lang llamó a Jang Su Ren mientras estaba con él, pensando en la mejor solución para su hijo y su hija.
—Esposo, tenemos que hacer algo. De lo contrario, perderemos a ambos hijos —Jang Su Ren estaba muy triste.
Long Chua suspiró. —Esto nunca hubiera pasado si no hubieran decidido meterse con la mujer de Long Hui.
Jang Su Ren tuvo una idea. —Esposo, deberíamos ir a ver a esa chica y rogarle por su perdón. Estoy segura de que si esa chica perdona a nuestros hijos, todo estará bien.
—No —Long Chua aplastó su esperanza.
Long Chua no era ningún tonto. Ir a ver a esa chica no haría ninguna diferencia. El caso ya estaba bajo la gestión de las autoridades. Incluso tenían la orden de arresto para ambos hijos, lo que significaba que las pruebas que tenían contra sus hijos eran bastante sólidas.
Jang Su Ren frunció el ceño. —¿Por qué no?