—De acuerdo, señorita Yu Qi. Por favor, entréname —dijo Ming Xuehai con entusiasmo.
—Aquí tienes tu horario a partir de mañana —Yu Qi sacó otro papel.
Ming Xuehai lo tomó y leyó el horario. «Correr por la mañana a las 6 a.m. durante 5 km. Después del desayuno, 50 flexiones y 50 abdominales. Luego, entrenamiento en artes marciales. Después del almuerzo, otras 50 flexiones y abdominales. Luego, entrenamiento en artes marciales. Luego, correr por la noche 5 km. Después de la cena, otras 50 flexiones y abdominales». ¿Podré hacer todo esto?
Yu Qi notó la expresión de Ming Xuehai. Ella sabía lo que Ming Xuehai estaba pensando en ese momento.
—Hermano Xuehai, no te preocupes. Tómalo con calma. No te fuerces a completarlo. Esto es solo una guía. En cuanto al entrenamiento en artes marciales, yo seré tu entrenadora —dijo Yu Qi.
—¿Eh, Miss Yu Qi será la entrenadora de mi hermano? —preguntó Ming Xuebai. Ella no pensaba que esta joven señorita fuera experta en artes marciales.
