—Ustedes son las putas que han humillado a mi hija, ¿verdad? —una mujer de mediana edad, gorda, llevaba puesto un vestido que no le quedaba muy bien y se acercó preguntando en tono enojado.
Las tres chicas se volvieron hacia la mujer. Vieron a Gi Na y también a sus secuaces detrás de la mujer de mediana edad.
—¿Qué? ¿Por qué tienes miedo, traes a tu propia madre? —Zhu Lao Lin se burló de Gi Na.
—Tu pequeña perra, ¿cómo te atreves a avergonzar a mi hija? —esa mujer de mediana edad quería abofetear a Zhu Lao Lin.
Antes de que su mano aterrizara en Zhu Lao Lin, Yu Qi intervino y detuvo su mano.
—Tú... —esa mujer de mediana edad quería decir algunas palabras malsonantes a Yu Qi pero las palabras se le quedaron atascadas en la garganta al ver los ojos aterradores de Yu Qi.
Sintió que la chica frente a ella podría hacer helar la sangre de alguien. Podía sentir su sudor corriendo por su espalda.
—Déjanos en paz. —Yu Qi soltó la mano de la mujer de mediana edad.