Había llegado el momento de facturar el vuelo. Yu Qi facturó y se sentó segura en su asiento. Ajustó su silla. Se puso la máscara para dormir.
—Na An, quiero dormir. Si pasa algo inusual, despiértame —le dijo Yu Qi a Ding Na An que se sentó a su lado.
—Está bien —asintió Ding Na An.
Yu Qi durmió durante mucho tiempo. Al despertar, se sorprendió al ver a un hombre guapo a su lado mirándola con una expresión cariñosa en su rostro.
—¿Ya despertaste? —una voz dulce salió de la boca de Long Hui.
—Sí. Pero, ¿qué haces aquí y dónde está Na An? —Yu Qi ajustó su silla a la posición normal.
—Cambié mi asiento con ella —dijo Long Hui.
—No la obligaste, ¿verdad? —Yu Qi entrecerró los ojos.
—Por... supuesto que no —Long Hui no miró a los ojos de Yu Qi cuando respondió a su pregunta.
Yu Qi se rió entre dientes. Su Long Hui se volteó evitando su mirada, lo que significaba que estaba mintiendo.
Yu Qi se estiraba el cuerpo.