—¿Esa perra? —La Señora Wang frunció el ceño.
—Sí, Mamá. Me la encontré esta mañana —le dijo Wang Fu Ya.
—¿Qué hiciste para provocarla? —preguntó la Señora Wang.
La Señora Wang se dio cuenta de que esa perra no atacó a su familia ya que su familia no había hecho nada contra esa perra. Eso significaba que esta hija suya había hecho algo primero que hizo que esa perra atacara a su familia.
—Yo... no hice nada —dijo Wang Fu Ya, sin querer admitir que ella fue la que hizo que ese anciano secuestrara a Yu Qi.
Sin embargo, Wang Ha Na no quería guardar el secreto a su madre así que decidió contarle a su madre lo que Wang Fu Ya le hizo a Yu Qi.
—Mamá, Hermana, ella me dijo que su jefe estaba interesado en Yu Qi, así que le dijo a su jefe que secuestrara a Yu Qi —Wang Ha Na reveló la verdad a su madre.
—¡¡¡Tú!!! —Wang Fu Ya señaló a Wang Ha Na.
—Hermana, no podemos mentirle a Mamá. Ella tiene que saberlo —Wang Ha Na sintió que era lo correcto contarle a su madre lo sucedido.