—El anciano había retrocedido al mirar en el baño —al hombre con cicatrices le pareció extraño ver a su jefe retroceder. Entonces lo que apareció en su vista lo dejó completamente atónito. La chica que había secuestrado estaba actualmente apuntando con un arma de fuego a su jefe. Quería proteger a su jefe pero fue detenido porque la chica hizo algo que dejó a él y a los otros guardaespaldas en shock al verlo.
—La chica apretó el gatillo y disparó. La bala rozó la mejilla del anciano y por eso apareció sangre en su rastro. Luego pudieron escuchar la voz de la chica que era tan fría que les hizo temblar a todos. Era una voz, la voz que venía del abismo del infierno, invitándolos a entrar por la puerta del purgatorio.
—Eso fue un disparo de advertencia —puedo dispararte directamente al corazón si quieres, y morirás al instante. Sin embargo, no quiero hacer eso ahora mismo. Necesitamos hablar, tú y yo, ¿quieres? —preguntó la chica.