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—Gracias, Hermana Chu Xiao —dijo Yu Qi a la Hermana Chu Xiao.
La Hermana Chu Xiao salió dejando al par de abuelo y nieta. Yu Qi se giró hacia el Abuelo Tang.
—Abuelo, no te preocupes. Me protegeré bien. Y además, no creo que el Hermano Hui me obligue a hacer algo que no me guste —Ella confiaba en Long Hui.
El Abuelo Tang rodó los ojos. Su nieta solo estaba protegiendo a ese mocoso. —No vuelvas muy tarde.
El Abuelo Tang volvió a abrir el documento y empezó a leerlo.
Yu Qi sonrió.
—Me voy primero, abuelo.
Cuando Yu Qi salió de la casa, vio a Long Hui esperándola, apoyado en el coche. El hombre observó a Yu Qi acercarse, lo que lo hizo sonreír con dulzura.
—Lo siento, llego tarde —Yu Qi se disculpó.
—No realmente. Vale la pena esperar —Long Hui la miró de arriba abajo.