Long Hui sostuvo la mano de Yu Qi firmemente. Caminaron por el camino hacia el invernadero para tomar el coche de Long Hui. Sin embargo, los pasos que daban eran muy lentos. Querían disfrutar tanto como fuera posible el estar juntos.
La noche era muy hermosa porque estaba acompañada por la luz de la luna. Era luna llena. Con la brisa del viento, la noche era tranquila.
Era el momento perfecto para dar un paseo. Estaban disfrutando de la noche.
—Gracias —dijo de repente Long Hui.
—¿Qué? —Yu Qi no podía entender por qué él le agradecía así.
—Gracias por entrar en mi vida. Gracias por aceptarme. Gracias por vivir hasta que te conocí. Gracias... —Long Hui quería decir más, pero Yu Qi lo detuvo.
—Para. —Yu Qi sabía que si no lo detenía ahora, podría pensar que tomaría mucho tiempo terminar. —Yo también. Gracias por entrar en mi vida.
Se sonreían el uno al otro.