La mandíbula de Chang Yu Qian se desencajó. No podía creer lo que acababa de escuchar. ¿20,000 RMB? Era mucho dinero. ¿Cómo podía querer donar así como así esa cantidad de dinero? ¿De dónde había salido ese dinero? Muchas preguntas surgieron en la mente de Chang Yu Qian, pero no podía hacerlas.
—Tengo mi propio negocio. Y no hago negocios ilegales. Puedes aceptar el dinero tranquilo. No te estoy dando el dinero a ti, sino a los niños de fuera —Yu Qi respondió a las preguntas no formuladas mientras entendía las miradas de Chang Yu Qian.
—Entiendo. Gracias —Chang Yu Qian estaba agradecido. Con ese dinero, los niños de afuera podrían recibir una educación como la de cualquier otro niño.
—Pero todo debe quedar registrado. Ese dinero debe usarse al cien por ciento en los niños de aquí —Yu Qi dio la advertencia.
—No te preocupes por eso —Chang Yu Qian asintió varias veces.