Estaban comiendo hasta que gente llegó con la intención de molestarlos. Yu Qi pudo ver cómo unos diez hombres los rodeaban a ella y al anciano. Yu Qi entrecerró los ojos. El anciano se asustó al ver cómo los hombres rodeaban su puesto.
Yu Qi aún se comía su último dumpling. Mientras que Aoi ya había terminado de comer y lanzaba miradas furiosas a los hombres que les rodeaban.
—Eres, en efecto, una mujer hermosa. Acostarse contigo debe ser un placer —Bro Zhi se acercó y le habló a Yu Qi.
«Maestra, él es el que entró en tu habitación anoche» —La voz de Bo Ya sonó en su mente.
«Ya veo» —Los ojos de Yu Qi despidieron un destello frío.
—Pequeña, deberías rendirte —Bro Zhi dijo al no obtener respuesta de Yu Qi—. Atrápenla —ordenó a dos de sus hombres.
Dos de sus hombres se acercaron a Yu Qi y tocaron para tocarle el hombro. Sin embargo, no lograron capturarla.
—Ahhhh —Uno de los hombres gritó de dolor cuando un palillo de dientes le atravesó la mano.