—Decidió seguir al Abuelo Tang al hospital —Yu Qi le pidió a Aoi que se portara bien en su habitación. Esa criada podría venir y entrar a su habitación.
Aoi siguió la instrucción de su maestro. Después del desayuno, Aoi se sentó en su propia cama.
Yu Qi entró al hospital junto con el Abuelo Tang. Como de costumbre, el Abuelo Tang era como un ídolo aquí. Un paso adentro, la multitud apareció pidiéndole al Abuelo Tang. Lo diferente era que estos fanáticos llevaban una larga bata blanca.
Yu Qi se mantuvo fuera de la multitud. Estaba parada no muy lejos del Abuelo Tang esperando a que él terminara de tratar con su fan. Mientras esperaba, un doctor se acercó a Yu Qi.
—Joven Señorita Tang, lamento lo de mi nieta ayer. Espero que puedan perdonarnos —el doctor dijo cortésmente.