Wang Fu Ya bajó la cabeza y mordió sus labios amargamente. Todos parecían mirarla. Ella quería la atención de todos, pero no de esta forma.
Sus compañeros de clase la miraban con odio. La profesora la miraba con una mirada de decepción.
Toda su buena reputación estaba arruinada. —Arruinada por esta zorra —ella miró directamente a Yu Qi. Su odio por Yu Qi aumentó.
Yu Qi también la miraba provocativamente. La comisura de sus labios se curvaba ligeramente hacia arriba. Ya no era la amable Yu Qi de antes. Ya no se sometería más a esta flor de loto blanco.
—Señorita Wang Fu Ya, ¿admite que robó su ensayo y escribió su nombre en él? —preguntó finalmente el profesor Guan después de un momento de silencio para confirmación.
Wang Fu Ya no respondió a esa pregunta. No podía admitirlo porque su reputación sería totalmente arruinada por eso. Pero tampoco podía negarlo porque Yu Qi tenía la prueba de que aquel ensayo era suyo.
El profesor Guan suspiró. Esta estudiante, Wang Fu Ya, era una buena alumna. Tanto en estudios como en actitud. No esperaba que Wang Fu Ya hiciera algo así. Pero la prueba decía la verdad.
—Señoritas Wang Fu Ya y Wang Yu Qi, síganme a la Sala del Personal. En cuanto a los demás, por favor hagan autoestudio —el profesor Guan recogió todos los papeles y salió del aula.
Yu Qi y Wang Fu Ya siguieron al profesor. Yu Qi caminaba de manera relajada. Mientras que Wang Fu Ya caminaba con ansiedad. Se giró hacia Yu Qi. —Esta perra incluso está sonriendo ahora.
Yu Qi notó que Wang Fu Ya le echaba un vistazo furtivo. Se volvió hacia Wang Fu Ya e hizo una sonrisa fría y helada.
Wang Fu Ya se sintió conmocionada y atemorizada. Se sintió como si alguien le sostuviera un cuchillo en el cuello por detrás al ver a Yu Qi sonriéndole. De repente, sintió como si caminara hacia la guarida del tigre. Llegaron a la Sala del Personal.
—Las dos esperen en esa sala. Iré a verlas más tarde —ordenó la profesora mientras su dedo señalaba la habitación.
Yu Qi y Wang Fu Ya entraron juntas en esa sala. Silencio. Nadie quería hablar. Yu Qi se sentó perezosamente en el sofá dentro de esa sala.
—¿Por qué estás haciendo esto? —Por fin, Wang Fu Ya no pudo soportar el silencio y preguntó.
—¿Qué? —Yu Qi se hizo la desentendida.
—Toda esta situación. ¿Por qué me haces esto? Mi reputación está arruinada por ti —Wang Fu Ya afirmó con voz firme.
—Solo estoy haciendo lo correcto. Si no les contara todo, sería yo la que sería castigada por el profesor —Yu Qi señaló el hecho obvio.
—Pero con esto, mi reputación... Y también soy tu hermana —declaró Wang Fu Ya.
—Entonces, déjame preguntarte. ¿Me consideras tu hermana? ¿Una hermana usa a su hermana para sus propios asuntos? ¿Te importa mi reputación? Nunca te importó mi reputación. Entonces, ¿por qué debería importarme la tuya? —Yu Qi estrechó sus ojos e hizo una sonrisa helada.
—Esa sonrisa de nuevo —Wang Fu Ya tembló. Se alejó de Yu Qi. Sentía que la Yu Qi actual podría saltar sobre ella y matarla.
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