Viajando a través del mundo espiritual, el viaje en sí era seguro ya que no había monstruos hostiles que intentaran matarlos a la vista. Mierda, incluso si los hubiera, sería estúpido intentar atacar a su grupo con el poder de fuego que tenían.
Aunque sería más rápido simplemente buscar un santuario de teletransporte cerca del país, Shiro vio que Attie estaba interesado en el mundo espiritual, así que pasó un poco más de tiempo en este reino y jugó con él mientras Nan Tian los observaba con una sonrisa.
—Quería interactuar un poco con Attie, pero siempre sacaba la lengua a Nan Tian, lo que causaba la risa de Shiro.
Finalmente, tomaron algunos santuarios de teletransporte y se dirigieron a Erti.
Al llegar a las fronteras del país, Shiro se sorprendió al ver lo desolado que se veía. Era como si el país entero estuviera pasando por una hambruna en este momento. No había ni una sola brizna de hierba fresca, ya que todo estaba en decadencia.
