Al entrar al edificio, Shiro pudo ver que el primer piso era similar a una iglesia con estatuas de los cinco dioses primordiales, incluida Nyx.
Al mirar la estatua de Nyx, Shiro no pudo evitar alzar las cejas ya que no se parecía en nada a ella.
Si acaso, parecía una mujer aleatoria que se usó como referencia.
—Pareces curiosa por la estatua —dijo André con una sonrisa.
—Mn, no se parece en nada a Nyx —respondió Shiro mientras André levantaba una ceja ante su afirmación.
—¿La has visto antes? —preguntó André con una ligera sorpresa.
—Mn, lo hice —asintió Shiro.
—... No estás bromeando, ¿verdad? —André frunció el ceño.
—Nope. Pero dejando eso a un lado, ¿dónde debería quedarme mientras espero a los demás? —preguntó Shiro mientras se masajeaba el cuello.
—Ah, sígueme, hay una habitación de sobra aquí.
Llevando a Shiro a seguirla, André la guió por unas escaleras donde pudo ver algunas puertas.