Dándole a Shiro un poco de medicina junto con algo de comida, los tres se sentaron mientras Shiro masticaba un poco de pan.
—Entonces, ¿quieres contarme lo que recibiste de tu divinidad? —preguntó Quella con curiosidad mientras Shiro asentía con la cabeza.
No le importaba contárselo ya que iban a ayudarla en términos de enfrentarse al Terror Antiguo.
—La divinidad que recibí se puede explicar en tres términos simples —Shiro sonrió y levantó tres dedos—. Primero, puedo volar sin limitaciones y prevenir que otros vuelen o al menos dificultarles si son demasiado fuertes.
—Segundo, puedo controlar el viento, ya sea usándolo como escudo o arma. Naturalmente, esto incluye los túneles de aire.
