Después de llegar a Vox, lo primero que hizo Shiro fue ir al Salón de Mercenarios e informar la finalización de su recompensa con la Hamoena.
Con algo más de oro en sus bolsillos, Shiro estaba un poco más cerca de poder comprar la espada que María iba a forjar, pero con el tiempo que había pasado persiguiendo a la Hamoena, entre otras cosas, no iba a ser capaz de ganar suficiente oro a tiempo para comprar la espada.
Eventualmente, ella pidió prestado algo de oro a Quella y decidió pasar algo de este tiempo haciendo recompensas secundarias para pagar su deuda con Quella. Mayormente, ayudaba en la biblioteca y organizaba algunos de los libros que la gente olvidaba volver a poner en los lugares correctos, ya que ese solía ser el trabajo de Quella.
Pero ahora que Shiro había venido a ayudarla, se le dieron más oportunidades para descansar.
Hoy era la fecha que María había fijado para Shiro ya que su espada estaría terminada hoy.
