Disparando oleada tras oleada de flechas a quemarropa mientras esquivaba sus agarres, Shiro evitaba que él la atacara con sus cadenas. Después de todo, eran los verdaderos problemas.
En términos de nivel de peligro, sus puños eran mucho menos problemáticos a pesar de que ella corría alrededor de su cuerpo.
A pesar de ser una imagen ilusoria, el estado del Guardián era más bien extraño. Era como las ilusiones físicas que Shiro podía crear en la Tierra, solo que transparentes.
Ella podía pararse sobre él, golpearlo e incluso agarrarlo pero su cuerpo era semitransparente. Era una vista más bien extraña, pero Shiro lo ignoró ya que ella había visto situaciones más raras antes.
Disparando otra flecha a su cabeza, Shiro jadeó ligeramente ya que todo este correr y esquivar sus agarres había empezado a pasar factura en su cuerpo. Sin embargo, era mucho mejor que intentar esquivar las cadenas, ya que eso sí que sería verdaderamente peligroso.