—Ha... Finalmente he conseguido aislar el lago en cierta medida —la dríada suspiró mientras aparecía al lado de Shiro.
—Mn, ¿y qué harás con la esencia licuada? —Shiro preguntó.
—Puesto que el pueblo aún está algo contaminado, incluso si devolviera la esencia al pueblo, solo se consumiría por la corrupción. Además, con el lago cerca, sería peligroso devolver la esencia a la tierra, especialmente porque no sabemos lo que hace —la dríada frunció el ceño.
—Bueno, sabemos una cosa y es que es altamente tóxica para los espíritus. Si nos acercamos demasiado, moriremos —Shiro suspiró.
—En efecto. Afortunadamente, parece que no se está esparciendo, pero no podemos estar seguros de cuál es su uso. Lo mejor será probablemente renunciar a esta área y evacuar primero a la gente del pueblo y luego monitorear esto después —la dríada sugirió.