Después de descansar un poco, Shiro decidió dejar algunos nanobots en este lugar para poder regresar cuando quisiera, pero había un pequeño problema con ese pensamiento. Con la enorme cantidad de mana ambiental alrededor de este lugar, los nanobots se saldrían de control si ella no estuviera aquí para regularlos cada día.
Quién sabe, la próxima vez que regrese a este lugar los nanobots podrían haber consumido ya la montaña.
—Teach, ¿hay alguna forma de que pueda volver a este lugar? Sería un desperdicio dejarlo para siempre —preguntó Shiro mientras Stanley asentía.
—Si quieres, puedo hacerte algunos pergaminos de teletransporte a esta ubicación —sugirió Stanley.
—Espera, ¿puedes hacer eso? —preguntó Shiro con una ceja levantada.
