Despertando temprano a la mañana siguiente, Shiro bostezó y se dirigió a la cocina en pijama. Los pijamas no eran nada ostentosos, ya que solo eran una camiseta y unos pantalones. Sin embargo, el hecho de que fueran de color rosa claro hizo que la sonrisa de Shiro se torciera, pero el material era bastante cómodo.
Además, llevar un conjunto de pijamas negros no sería bueno para empezar.
Al entrar en la cocina, se sorprendió de ver que Mio y Yin ya estaban despiertas y cocinando.
—Vaya, esto sí que es una sorpresa. Yin está despierta tan temprano —levantó una ceja Shiro.
—Bueno, Pequeña Yin quería aprender a cocinar un buen desayuno así que solo le estaba enseñando —se rió Mio.
Al mirar a Yin, Shiro pudo ver que estaba completamente concentrada en su tarea.
Recordando que Yin era bastante buena cocinera en el futuro, Shiro se emocionó bastante por lo que iba a producir. Quién sabe, podría ser algo increíble en el primer intento.
—¿Y qué está haciendo? —preguntó Shiro.