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Después de leer el informe, Shiro apagó la computadora ya que eso era todo lo que necesitaba saber. Lo único que quedaba por hacer ahora era recuperarse y buscar todo lo que necesitaba.
Por supuesto, iba a hacer eso después de reencontrarse con sus padres.
—Gracias por tu ayuda, Arwen. Probablemente pase de vez en cuando, ya que la información almacenada aquí es bastante beneficiosa —dijo Shiro con una sonrisa.
—No hay problema. Cuídate, jovencita —Arwen saludó con la mano mientras Shiro salía de la biblioteca.
Viendo su silueta, Arwen soltó una risita antes de reanudar sus tareas de limpieza.
Después de salir de la biblioteca, Shiro echó un vistazo al cielo y vio que ya era tarde. El sol aún no se había puesto pero oscurecería en aproximadamente una hora.
—Probablemente debería ir a buscar a Attie ahora. El viejo ya ha tenido suficiente tiempo con mi hijo —murmuró Shiro antes de correr hacia el campo de entrenamiento.
