—Entonces espero que no regreses a este lugar en mucho tiempo. Se acerca una nueva era y, si llegas a morir, dudo que tu linaje de fénix pueda salvarte. En los 20 a 50 años que tardarás en revivir, el mundo podría haber desaparecido —dijo Kuromi mientras dirigía su mano hacia Shiro.
—Así que, intenta no morir, ¿de acuerdo? —se rió ella entre dientes.
—Por supuesto. Aunque quién sabe, podría verte pronto —sonrió Shiro mientras su cuerpo desaparecía.
Observando cómo su cuerpo parpadeaba y desaparecía, Kuromi miró hacia atrás y sonrió.
—¿Seguro que no quieres hablar con ella?
—No, está bien. Tendremos la oportunidad de hablar más tarde dependiendo de lo que haga —respondió una voz idéntica con una pequeña risa.
Encogiéndose de hombros, Kuromi comenzó a desvanecerse mientras el vacío quedaba vacío una vez más.
—Urg… —gimió Shiro suavemente, sintiendo un dolor correr por su cuerpo y se estremeció levemente.
—¿Estás despierta? —Nan Tian la miró sorprendido.