Shiro pasó las siguientes dos semanas descansando en la secta. Ocasionalmente, iba a la biblioteca a visitar a Arwen.
Por lo demás, pasaba la mayor parte del tiempo con Attie y Yin. Durante este tiempo, también envió un mensaje a Helion, diciéndole que retrasaba el plazo un poco porque estaba herida, lo que le permitía tener más tiempo para investigar la espada.
Además de esto, Attie parecía estar un poco más cerca de Li Jian ya que siempre buscaba maneras de entretener al joven espíritu.
Naturalmente, a Shiro no le desagradaba esto ya que Attie lo disfrutaba, pero el hecho de que el anciano no renunciara a convertirse en el abuelo de Attie era un poco preocupante.
Hoy era su última revisión, pero Shiro no necesitaba un médico para saber que estaba completamente recuperada. Después de todo, Nimue finalmente había despertado.
—Oye, has estado fuera de combate por un buen rato. ¿Qué pasó? —preguntó Shiro con una sonrisa casual.
*PUCHI!