Ganar el partido de 10 puntos fue un poco difícil ya que Ying Yu estaba preparada para sus repentinas ráfagas de velocidad. Sin embargo, con la vasta experiencia en combate de Shiro y su entendimiento de su cuerpo, logró esquivar por poco los golpes de Ying Yu justo a tiempo para contraatacar con los suyos. El puntaje final, 10-0.
—Muchas gracias por tu enseñanza. He aprendido mucho en el combate de hoy. Si no te importa, ¿podemos hacer esto más a menudo? —preguntó Ying Yu con una sonrisa feliz.
—Veremos. Puede que esté aquí por un tiempo, así que si tenemos la oportunidad, claro. —Shiro sonrió antes de dirigirse de vuelta al maestro de la secta.
—. . .
Ver a Attie sentado en el hombro de Li Jian mientras él contemplaba algo provocó una sensación extraña en el corazón de Shiro, pero lo ignoró por ahora y extendió la mano hacia Attie.
—Ah, todavía no. ¿No quieres pelear contra alguien más? ¿Hacer algo de ejercicio? —preguntó Li Jian con una sonrisa forzada.