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Al entrar a la Entrada de la Calamidad, Shiro fue inmediatamente golpeada con una presión pesada.
Entrecerrando los ojos, liberó su intención de matar en represalia. Hielo comenzó a formarse en las paredes mientras un paisaje congelado parecía formarse con cada paso que daba.
—¿Sólo por curiosidad, cómo cultivaste una intención de matar tan potente? —preguntó Nan Tian curiosamente, ya que era mucho más densa que las que había visto en su vida. Incluso aquellos cerca de la cima de la Monarquía Negra no tenían una intención de matar tan densa.
—¿Por qué, tienes miedo? —Shiro soltó una risa con una pequeña sonrisa.
—Un poco. Por curiosidad, ¿a cuántas personas has matado?
—¿En esta vida o en total? Si es en esta vida, puedo decírtelo a través de mi título de monstruo. —Shiro miró hacia atrás.
—Ambas si es posible. —Nan Tian se encogió de hombros.
