Tras llorar un breve momento, Shiro se calmó y se secó las lágrimas. Respirando hondo, regresó a la sala abierta y vio a Yin sentada con los ojos cerrados.
El fuego chisporroteaba a su alrededor mientras su aura fluctuaba.
—¿Qué está pasando? —Shiro preguntó con curiosidad.
—Mn? Ah, es solo que Yin está refinando sus llamas a través de los cristales que dejó Fei Ling. —Nan Tian respondió con una sonrisa. A pesar de notar el enrojecimiento alrededor de sus ojos, no lo mencionó, ya que sabía que sería embarazoso para Shiro.
—Je~ Ya veo. Ella sí mencionó que había hecho algunas preparaciones para asegurarse de que Yin pudiera volverse más fuerte. —Shiro asintió mientras comenzaba a buscar la pieza del artefacto.
Sin embargo, a pesar de escanear la habitación en busca del artefacto, no pudo encontrar nada.
—No lo busques, mamá, el artefacto es lo que me empodera. Ya he obtenido lo que necesitaba de este lugar. —Yin sonrió suavemente mientras abría los ojos.