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Golpeando la armadura, el sudor goteaba de la cara de Helion. Cada golpe en la armadura la purificaba y mejoraba levemente sus fundamentos. Si él fallaba en controlar el poder detrás del golpe, solo causaría daño y la mejora fracasaría.
Apoyando su pie con fuerza, hizo que los materiales se elevaran y convergieran hacia la armadura.
Mientras esto sucedía, Shiro fruncía el ceño.
«El mana se está volviendo violento. Si esto continúa, no creo que Helion pueda controlar el mana lo suficiente como para mejorar la armadura». Pensó para sí misma.
Aunque quería ayudar, si interfería, solo aumentaría las posibilidades de fracaso.
—Tch. —Haciendo un clic con la lengua en señal de molestia, dio un paso atrás y observó pacientemente.
