[Centro Médico de la Ciudad]
Un ligero golpe en la puerta llamó la atención de Dominic. Instintivamente echó un vistazo al reloj digital en la mesilla de noche antes de fijar la mirada en la puerta. En el instante en que posó los ojos en ella, la puerta se abrió lentamente desde fuera.
Allí, asomando la cabeza, estaba Cielo. Una sutil sonrisa iluminó inmediatamente el rostro de Dominic al ver a su esposa.
—Hey —la llamó, observando cómo ella entraba lentamente y cerraba la puerta tras de sí—. ¿Qué tal fue?
Cielo se encogió de hombros mientras arrastraba los pies hacia la cama del hospital donde su esposo yacía. Se sentó en el borde de la cama y soltó un profundo suspiro al responder.
—De hecho, no lo sé —dijo mientras levantaba momentáneamente las cejas.
—¿A qué te refieres? —preguntó él, inclinando la cabeza hacia un lado—. Además, ¿viste a los niños?
—Mhm. Pasé por su habitación antes de venir aquí. Ya estaban durmiendo.