Adrienne estaba obviamente de buen humor. Después de su sesión matutina en el gimnasio, asistió a la escuela mientras enviaba a Hunter al hospital donde su madre y Lennox estaban confinados. Después de sus clases, pidió al Tío Mo que la llevara al hospital y pasó a ver a su madre. Encontró a Hunter limpiándole los brazos a su madre con un paño húmedo y limpio.
La tez de Rosemary estaba mejorando. Antes, estaba tan pálida que hacía preocupar a Adrienne. El cambio en la tez de su madre fue drástico desde que aquella enfermera dejó de visitarla.
—Debes estar aburrido de cuidarla todo el día —le dijo a Hunter.
—No realmente —respondió Hunter—. Solía cuidar a mi madre cuando estaba viva. No vale la pena mencionarlo.
Adrienne pensó que él era demasiado educado y rígido. Se preguntaba si llegaría el día en que él la encontraría confiable. Quería preguntarle qué había causado la mala sangre entre él y Camila, pero no se atrevió a indagar.