Adrienne aplaudió junto con el resto de los invitados mientras Dylan celebraba su primer cumpleaños con sus padres a su lado. Lágrimas brillaron en sus ojos al mirar a su ahijado. Dylan parecía más feliz y saludable que nunca. Su risa llenaba la habitación, llevando alegría a todos los presentes.
Adrienne no pudo evitar sentir un sentido de felicidad al ver la amplia sonrisa de Dylan mientras Gavin y Myrtle le besaban en las mejillas. No solo habían logrado evitar la muerte, sino que también tuvieron la oportunidad de criar a su hijo en un entorno amoroso y nutricio. Aunque Adrienne extrañaba los días cuando crió ella sola a Dylan, también sabía que ahora él estaba mejor con sus padres.
Encontraba consuelo en que Dylan recibiera el amor y apoyo que ella siempre había querido para él. Adrienne sentía un profundo sentido de satisfacción al verlo jugar e interactuar con su familia, sabiendo que Dylan estaría verdaderamente feliz esta vez.