—Adrienne esperaba pacientemente afuera de la sala de interrogatorios mientras Myrtle daba su declaración sobre la agresión que había recibido días atrás por parte de su hermanastro, Alistair Han —comentó el narrador—. Con Alistair muerto, los medios de comunicación estaban en un frenesí para descubrir la verdad detrás de su muerte repentina. La prensa especulaba sobre posibles motivos y sospechosos en su muerte.
—No pasó mucho tiempo antes de que las noticias sobre la implicación de Alistair en actividades ilícitas comenzaran a circular —continuaba el relato—. Inmediatamente, puso a la familia Han y su empresa bajo un intenso escrutinio público y de las agencias de aplicación de la ley.
—Ella había contado a la policía los detalles necesarios, incluyendo mostrarles varios correos electrónicos y llamadas que había recibido de Alistair Han durante los últimos dos años —. Los mensajes también mostraban el profundo odio de Alistair hacia su marido, amenazando con hacerle daño físico.