No era la primera vez que Valerie visitaba a Adrienne en la finca de la familia Zhao, pero ver la grandiosa mansión ante ella le recordó lo rica que era la familia de Adrienne. Los extensos jardines y la arquitectura ornamentada mostraban la opulencia que los rodeaba. Valerie no pudo evitar sentir un sentido de asombro y maravilla mientras cruzaba por las puertas principales.
La madre de Adrienne diseñó y mantuvo meticulosamente el magnífico jardín de la finca. Las vibrantes flores y setos perfectamente recortados creaban una escena pintoresca que parecía sacada de un cuento de hadas.
Valerie no tenía mano para la jardinería, pero podía ver la dedicación de Rosemary Zhao a cultivar semejante oasis impresionante. La atención al detalle era evidente en cada esquina del jardín, desde el delicado arreglo de los parterres de flores hasta las esculturas estratégicamente colocadas que añadían un toque artístico.
