Lennox no pegó un ojo en toda la noche. Se revolvía en la cama, incapaz de encontrar descanso. Las horas pasaban mientras su mente se llenaba de pensamientos y preocupaciones, dejándolo completamente privado de sueño.
Cuando Adrienne le pidió que se quedara por la noche, él pensó que ella estaba dispuesta a compartir su cama con él, ya que se casarían al día siguiente. Pero eso no sucedió, ya que ella lo envió a la habitación de invitados junto a la suya, dejándolo solo.
Mientras yacía en la cama, Lennox no pudo evitar sentirse un poco decepcionado por sus acciones. Esperaba que ella fuera más afectuosa y amorosa después de su larga separación. Pero él sabía que Adrienne siempre fue un poco reservada para mostrar sus emociones.