Adrienne de repente quedó en silencio, para sorpresa de Lennox. Se preguntó si desaprobaba sus acciones hacia Ares Gu. Sin embargo, sabía que si perdonaba a Ares Gu, el hombre podría intentar hacerle daño de nuevo, lo cual no le había parecido bien la primera vez.
Lennox se aclaró la garganta, rompiendo el incómodo silencio entre ellos. Adrienne no dijo una palabra, pero miró hacia abajo a su regazo, jugueteando con sus dedos.
Él podía sentir la lucha interna de Adrienne, dándose cuenta de que su silencio probablemente era resultado de emociones encontradas. Extendió la mano suavemente y tocó su hombro, transmitiendo en silencio su comprensión y apoyo.
Lennox no podía soportar más el silencio y dijo:
—Addie, hice lo que tenía que hacer para protegerte; no podía dejar que Ares Gu te lastimara de nuevo. ¿Ahora me odias?
Adrienne lo miró con un atisbo de preocupación en sus ojos.