Cuando Adrienne logró escapar de Elíseo con la ayuda de Alistair, Camilla no estaba dispuesta a rendirse y había intentado arruinar su inocencia drogándola. Parecía que en esta vida, el objetivo de Camilla seguía siendo el mismo. Mientras pudiera deshacerse de Adrienne, el estatus de Elise sería reconocido por todos.
Adrienne observó en silencio a la mujer que tenía delante. No importaba en qué época viviera, la obsesión de Camilla era como un veneno del que la mujer mayor nunca podría deshacerse.
—¿Por qué debería? —preguntó a cambio, midiendo la reacción de Camilla—. ¿Padre ya me ha desheredado como su hija? ¿No me ha eliminado ya del registro familiar? ¿Sigo siendo nieta de la familia Jiang?
Una chispa de sorpresa apareció en los ojos de Camilla que Adrienne captó al instante. La mujer mayor trató de ocultarlo, pero ya era demasiado tarde.