—¡Lian Shou! ¿Dónde estás? —Mo Qiang abrió la puerta del laboratorio de golpe. Sin embargo, dentro del laboratorio, no encontró la oscuridad habitual, sino—
—Puedes morir tranquila, mi niña... Te prometo que te traeré todo tipo de buena comida cuando ya no estés —dijo Master Zhou tapándose la boca mientras sollozaba al mirar a Lian Shou tumbada en el sofá. Alrededor del sofá, había todo tipo de cosas esparcidas como juguetes suaves y dispositivos con un quemador de incienso automático del que salía humo sin tener incienso.
Mo Qiang y Mo Xifeng observaron la disposición antes de volver la mirada hacia Master Zhou que estaba llorando. Mo Qiang fue el primero en romper el silencio.
—Master Zhou… ¿qué está pasando? ¿Por qué Lian Shou estaba tumbada en el sofá como si fuera a morir en cualquier momento?
