Aunque a Fu Qi Hong le hubiera encantado detener a Sun Ah Cy, ella era descendiente de la familia Sun, quienes ostentaban el título de duque, razón por la cual no era alguien a quien pudiera ofender sin más. Solo le quedaba observar cómo ella besaba el dorso de su mano, antes de retirar su mano con prisa y dejarla caer a su lado.
Luego miró a Sun Ah Cy, quien le estaba sonriendo dulcemente, y preguntó:
—¿Ha terminado con su trabajo, señorita Sun?.
—Por supuesto, creo en terminar mis tareas lo antes posible —respondió Sun Ah Cy con una risa ligera—. Luego evaluó a Fu Qi Hong de arriba abajo, curvó el lado de sus labios y bromeó:
—Solía pensar que la cita dicha por las mujeres un tritón luce más apuesto y bonito cuando está en uniforme, era una simple estupidez pero ahora que te veo, siento que la tonta era yo. Te ves realmente bien en tu uniforme, Su Alteza.