Mo Yan no esperaba que llegaría un momento en el que tendría que presenciar a su hija divorciándose, pero después de presenciar el horrible espectáculo que vio al entrar en la habitación, pensó que era mejor que Mo Qiang y estos maridos suyos se divorciaran.
Pero Wen Gui no había terminado, no le importaba si sus palabras harían la situación más fea de lo que ya era, solo le importaba que Shao Hui había apuñalado a su hija en el pecho, ¡si su hija no hubiera tenido suerte, habría sido asesinada! ¡Este maldito bastardo!
Abrió la boca para decir algo más pero Mo Yan lo detuvo cubriéndole la boca con su mano y luego comenzó a arrastrarlo fuera de la habitación, entendía que el corazón de Wen Gui estaba doliendo por Mo Qiang dado que amaba a su hija más que a su propia vida pero no había punto en decir nada ahora que la situación ya era así.