—¿Qué estabas pensando, Princesa Elliana? —Príncipe Stephano se acercó a la chica, que no caminó hacia la madre Freya como el resto de la familia y simplemente se quedó al margen, observando la escena que se desarrollaba frente a ella.
Elliana dirigió su mirada hacia el príncipe mayor, su expresión inmóvil y neutra, algo a lo que Stephano no estaba acostumbrado.
—Sabes, a veces te ves realmente aterradora cuando no sonríes —Stephano rió incómodo.
Elliana murmuró y se giró hacia su esposo, quien le indicó que necesitaba ir a algún lugar con urgencia.
Sebastián usó su velocidad vampírica para alcanzarla y besó su frente.
—Volveré pronto, ¿de acuerdo? —susurró, sonriendo suavemente cuando Elliana asintió antes de que él se fuera.
Una vez que su esposo se fue, la atención de Elliana volvió al Príncipe Stephano.
—¿Es así? Y yo pensaba que mis sonrisas falsas eran más espeluznantes —comentó Elliana antes de darse la vuelta, lista para irse.
