—¿Qué estás haciendo? —preguntó Circe a Elliana cuando la vieron intentando tocar el líquido concentrado que podría quemarle el dedo.
Los ojos de Elliana eran neutrales, pero su energía cambió completamente. Ya no parecía la misma chica inocente que no sabía nada sobre magia, y tampoco parecía la hija de Azura que estaba aprendiendo las cosas lentamente.
Parecía...
Circe tragó saliva, insegura de si lo que veían era cierto.
—Magna absorbieren —susurró Elliana en cuanto tocó el líquido.
La bioluminiscencia del líquido se transfirió inmediatamente a sus uñas antes de pasar a sus venas, haciendo que sus venas azules brillaran intensamente.
Las venas siguieron brillando por unos segundos antes de detenerse, el líquido luminoso disolviéndose en su sangre.
—Funciona —dijo Elliana, apareciendo una sonrisa en su rostro.
Circe tragó saliva nuevamente.
