```
—Lo siento —dijo Elliana, y Sebastián suspiró antes de levantarla en sus brazos y hacerla sentar en la cama. Se sentó en su pie frente a ella, colocando su cabeza en su regazo.
—No tienes idea, Princesa. Ninguna idea de cuánto te amo. Lamento haber reaccionado así. Solo... el pensamiento de ti... —Sebastián no completó su frase cuando sintió algo.
Se levantó de su lugar, mirando alrededor, su mirada se posó en la ventana, mientras una sensación extraña envolvía su cuerpo.
Alguien los estaba observando.
—Vamos —dijo Sebastián, confundiendo a Elliana con su cambio de comportamiento.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Elliana, insegura.
Ella claramente no sentía ninguna presencia de bruja a su alrededor. Entonces, ¿por qué el señor Marino se comportaría así?
—No es seguro —dijo Sebastián antes de abrir inmediatamente su enlace mental.