—Princesa —Sebastián sostuvo la mano de Elliana para calmarla, pero la chica retiró suavemente su mano de su agarre antes de mirar a Natanael, con sus emociones descontroladas.
—Dime, Natanael. ¿Cómo diablos estoy cruzando el límite? —Elliana preguntó, levantándose de su lugar antes de caminar hacia él y agarrar su cuello, atrayendo su rostro hacia abajo y mirándolo directamente a los ojos.
—¿Estoy cruzando un límite porque no quiero aceptarla como mi madre ya que nunca he sentido su sinceridad a través de sus acciones o palabras? ¿O estoy cruzando el límite porque incluso después de saber que ella quería matarme, repito, mi madre quería matarme, estaba dispuesta a perdonarla si ella hubiera venido y me lo hubiera explicado como un adulto? —Elliana preguntó.
Las pupilas de Natanael se dilataron cuando se dio cuenta de que probablemente había malinterpretado a Elliana. Se sintió culpable por completo. Estaba por disculparse, pero Elliana negó con la cabeza.