—Sebastián, ¿qué estamos escuchando? ¿Es cierto? ¿La frontera occidental está bajo ataque? —Stephano llamó a Sebastián, y el hombre tomó una respiración profunda.
—El ejército real ya se está desplegando allí. ¿Crees que no es verdad? —preguntó Sebastián, y Stephano suspiró.
—No sabía nada sobre el despliegue del ejército real. Estaba en la frontera sur y apenas escuché las noticias. Como ahora tú eres el rey, quería confirmarlo contigo. De todos modos, ahora que lo has confirmado, nos estamos moviendo para allá —dijo Stephano, y Sebastián frunció el ceño.
—Cuando dices 'nosotros', ¿de quiénes estamos hablando? —preguntó Sebastián.
—Me refiero a Santo y Marcus junto con nuestra gente. Estaban aquí conmigo. Nos habíamos ocupado de la valla del bosque junto a la costa. El último incidente no puede repetirse. Hicimos un informe y lo dejamos en tu escritorio anoche. ¿No lo viste? —preguntó Stephano, y Sebastián se masajeó las cejas.