—¿Me vas a llevar ahora donde mi papá? —preguntó Elliana, y Leila la miró con una sonrisa suave.
A Elliana no le gustaba esa expresión. Antes de llegar al lugar de la ceremonia de coronación de Mr. Marino, había encontrado una nota en medio de la cama.
—Si quieres saber dónde está encerrado tu padre, tendrás que mantenerte alejada de Sebastián porque nos impide llegar a ti. La elección es tuya —decía la nota.
Elliana no quería creer en la nota ni dejarlo solo por eso, pero el incidente con Brooklyn y Mr. Marino no aceptando su identidad ayudaron con sus planes.
No le quedaba otra opción. Si lograba encontrar a su padre, que también era el padre de Nathaniel, sentía que podría devolver algo de la buena voluntad del hombre que dedicó toda su vida y había hecho su objetivo mantenerla protegida.
Ella no pasó ni un solo segundo con su padre y ni siquiera sabía cómo era, pero Nathaniel sí lo vio y pasó tiempo con él.