—No puedo creer que terminara así. Frente a todos, actuaba como si no hubiera nadie mejor y más cultivado que él —se exasperó Melony mientras todos se sentaban en el suelo sin hacer nada ya que era su hora libre.
—¿Puedes explicarme esta pregunta? —Elliana miró a Daniel, quien asintió y le explicó el concepto de distribución de plantas.
—Uf, no me hables de eso. Ni siquiera puedo decirte cuántas veces nuestros padres nos regañaron con el mismo tema de cómo deberíamos aprender de él. Era el niño perfecto a sus ojos —añadió Daniel después de terminar de explicarle a Elliana.
—Sí, tío. Míralo pudriéndose en la cárcel ahora. Se lo merece por todo lo que pasamos por su culpa. A eso le llamamos un camaleón, ¿no? Personas que cambian de color y actúan como si pertenecieran a un lugar cuando claramente no es así —dijo Drake, y el bolígrafo de Elliana se detuvo sobre el cuaderno.