—¿Qué estás planeando? —Vincenzo le preguntó, y ella se encogió de hombros.
—¿Tomar mi premio y dejar este lugar? —dijo Elliana como si no fuera gran cosa.
—¿Y qué hay de Sebastián? Ha enviado equipos a buscarte. ¿Qué juego estás jugando, Gloria? —preguntó Vincenzo, confundido por su comportamiento.
Un momento ella es dulce como la miel y afirma estar locamente enamorada de su hermano, y al otro momento actúa como si no le importara en absoluto.
—¿Qué hay de él? ¿Crees que estoy en posición de decirle que soy Gloria? ¿Qué hará cuando se entere de eso? —Elliana preguntó mirando hacia abajo a sus pies, dibujando círculos en la arena con sus botas.
Vincenzo miró a la chica y suspiró. Era obvio que la chica estaba nerviosa y probablemente ansiosa.