—¡Esto tiene que ser una broma! ¡No hay manera de que esto sea verdad! —rugió Natanael, prácticamente rompiendo el ataúd.
Pluto afinó sus labios. Podía ver la verdad frente a él, pero era obvio que hablar de ello solo lastimaría más a Natanael.
Era impactante, sorprendente, increíble, inesperado, o cualquier cosa que definiera su estado mental en este momento.
—Natanael, cálmate. Este no es el momento de... —empezó Pluto, pero en lugar de escucharlo, Natanael agarró la tapa de mármol del ataúd y usó sus poderes para romperla en pedazos diminutos.
Miró el ataúd frente a él, su mirada tornándose oscura con cada segundo que pasaba. Aunque estaba enojado y todo, cualquiera podía ver que temblaba por dentro. Lo abrió, queriendo confirmar su sospecha incluso cuando sabía que era la verdad.