—¡Splash!
—¡Mmmmm! —Gertrude despertó de su mini-siesta cuando Nathaniel le lanzó agua en la cara, lo que hizo que ella lo mirara con desprecio.
—Eres una mujer muy desobediente, ¿verdad? Te lo dije con voz clara y palabras simples, ¿no es así? Nada de dormir para ti. Vamos a ver cuánto tiempo puedes aguantar sin dormir y permitir que tus poderes se relajen —Nathaniel aumentó el poder de la máquina de tortura que él mismo había desarrollado desde cero para extraer y robar los poderes de las brujas.
—Sabes que lo que haces está mal, ¿verdad? Esto es antiético —Gertrude se sacudió violentamente en su asiento, y Nath se encogió de hombros.
—¿Es mi culpa? Ustedes son los que no paran de llamarme raza mixta. Ayudo bien a otras brujas para cumplir con mi deber como bruja blanca.