Todos seguían mirando entre el humano y la chica vampiro que negaba las acusaciones que el humano le estaba haciendo.
—Elliana, ¿estás segura de eso? No dudo de ti, pero ¿estás segura de que fue ella? ¿Confías lo suficiente en tus sentidos? —preguntó Daniel, y Elliana lo miró con sus oscuros ojos llenos de ira antes de murmurar.
Estaba perdiendo la paciencia. De verdad quería ser la chica buena y no hacer algo de lo que se arrepentiría más tarde o hacer que la gente se alejara de ella y rompiera su amistad con ella, pero no es como si le dejaran otra opción.
—Mira, no me importa cuál es tu problema pero si sigues acusándome de algo que no hice entonces
—¿Entonces qué? ¿Qué harás, eh? ¿Me humillarás de nuevo? ¿O intentarás matarme esta vez? —preguntó Elliana, con los ojos ardientes mirando directamente a los de la chica vampiro, quien por primera vez se sintió desconcertada por esta chica humana.